Programa 16 de Marzo de 2024

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Los álbumes malditos son esos trabajos que a lo largo de la carrera de un grupo se consideran desacertados o incomprendidos. Seguramente, dentro de la discografía de Dream Theater, el que se lleva ese dudoso honor es el que la banda americana editó en 1997. La salida del grupo de su teclista y amigo, Kevin Moore, había roto esa alianza de amistad y música que los había hecho aún más fuertes desde el nacimiento de la banda. De repente Moore estaba fuera y había que alterar la armonía con alguien externo. Al final el elegido para ocupar su puesto sería Derek Sherinian; teclista de Alice Cooper, colaborador de Kiss y al que, en principio, no se le conocían inclinaciones musicales demasiado progresivas. Por si fuera poco, su compañía discográfica estaba empeñada en hacer de la propuesta de Dream Theater algo mucho más accesible y para ello contrató los servicios del productor Kevin Shirley -que venía de trabajar con Journey- y hasta se permitió el lujo de llamar al compositor Desmond Child para que echara una mano, famoso por sus éxitos escribiendo para Bon Jovi, Kiss o Cher.

Ese proceso de desnaturalización forzada se plasmo en el disco «Falling Into Infinity», considerado por muchos como el eslabón más débil de la cadena discográfica de Dream Theater. Un álbum maldito para muchos, quizás esclavo de horizontes comerciales imposibles, pero que aún poseía excelentes canciones, al alcance de muy pocos en la escena progresiva… 

Dream Theater sirvió para que Derek Sherinian se abriera un hueco como músico respetado en el seno de la parroquia progresiva. Hasta entonces casi nadie había reparado en él en ese sentido, pero a partir de su periplo con Dream Theater, Sherinian pasó a estar en las quinielas de muchos músicos que querían colaborar con él. Su carrera en solitario se puso en marcha, lo que se tradució en Planet-X, también tocó con Yngwie Malmsteen,  y es parte de Black Country Communion o más recientemente Sons Of Apollo. Precisamente esta última banda, Sons Of Apollo, ha terminado desapareciendo, por lo menos de momento, tras la vuelta de Mike Portnoy a Dream Theater. De sus cenizas ha nacido una nueva agrupación con el propio Sherinian a  los teclados, otro ex de Sons Of Apollo como Ron Thal a la guitarra, y la incorporación del prodigioso vocalista Dino Jelussik y de dos talentos jóvenes como base de ritmo: el batería Bruno Valverde y el bajista Yas Nomura, ambos sobresalientes en su carta de presentación.

El disco de Whom Gods Destroy se edita en estos días irrumpiendo por todo lo alto con su mezcla de prog metal convencional vestido con otros complementos de modernidad, que lo aderezan con gotas de metal neoclásico, djent, classic rock y no pocos ramalazos de alto octanaje emparentados con el groove-metal. Música ultracompacta con medidas apariciones instrumentales que hacen del conjunto una entrega discográfica llena de jerarquía, excelente de principio a fin. Aquí hay retazos de Dream Theater, de Symphony-X, de Adrenaline Mob, de los propios Sons Of Apollo y hasta de Whitesnake. Todo eso cabe en «Insanium», el excelente disco de debut de Whom Gods Destroy…

(Esta semana en Rocktopia: DREAM THEATER, WHOM GODS DESTROY, JELUSICK, MONKEY3, WINTERBORN, SONATA ARCTICA y JUDAS PRIEST)

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